miércoles, 17 de diciembre de 2014

Experiencias psicólogo, empezamos



Bueno, hablemos de algo más serio hoy. Quiero hacer de este blog algo personal pero nunca sin perder ese toque didáctico. En un principio no tengo muy bien pensado qué tipo de contenidos hacer, espero que seáis vosotros los lectores los que me vayáis encaminando. 

Mi idea es ir poniendo aquí mis experiencias con los diferentes pacientes que he ido teniendo a lo largo de estos años para mostrar todas las cosas que he aprendido. Es muy interesante conocer la teoría, pero casi más es conocer la práctica, estar cara a cara frente a una persona con algún tipo de problema y aprender de él (y por supuesto ayudarle). 

Hoy os voy a contar algo cortito, fue hace muchos años que yo comenzaba a ser profesional en esto de la psicología. Me vino un paciente joven, si no recuerdo mal tenía 29 años (yo 34) que sufría tremendos ataques de pánico incontrolables, ansiedad y en raras ocasiones depresión. Me contó que de pequeño sus padres pasaron de él, casi no le tenían en cuenta para nada ya que ellos hacían sus planes por su cuenta y la mayoría de las veces le dejaban en casa de sus abuelos. Creció y notó una falta de cariño tremenda, se sentía solo a la mínima y eso le creaba una ansiedad descontrolada. Con las relaciones sentimentales tampoco le iba muy bien por aquel entonces aumentando así los síntomas y problemas psicológicos. Lo curioso de todo esto es que fue al médico, le contó todos los síntomas que padecía y no le recetaron nada, absolutamente nada, simplemente le dijeron que se fuera a casa y que si acaso fuera a alguna clase de baile o yoga que le tranquilizara. ¡Una clase de baile o yoga! Yo por supuesto puse el grito en el cielo, ¿a qué médico había ido este chaval?

experiencias psicologo


Por supuesto le dije que fuera en cuanto pudiera a un médico amigo mío y las cosas cambiaron muchísimo. Además siguió viniendo a mi consulta y poco a poco fuimos mejorando sus problemas psicológicos, a llenar esos vacíos interiores que tenía y a controlar sus emociones de manera que transformara toda su energía en positiva.

Con esto aprendí que nunca hay que fiarse de una sola persona por muy profesional que parezca, si tienes algo grave acude a dos médicos diferentes.

Espero que os haya gustado esta entrada, próximamente os iré contando otra serie de experiencias que creo que os serán de gran utilidad. Un abrazo a todos.